La Mesa de Unidad Democrática (coalición de partidos opositores al Gobierno) continúa  a la espera de las condiciones que impondrá el Consejo Nacional Electoral (CNE) para avanzar con la última recolección de firmas.

El organismo ha postergado en 3 oportunidades la información oficial por supuestas amenazas contra el Poder Electoral y sus trabajadores. Mientras tanto, desde las calles la MUD y los adherentes al revocatorio le exigen al organismo permitir la participación de todos los inscritos en el Registro Electoral, es decir: 19.260.775 votantes y habilitar  como mínimo  6.500 centros electorales.

La oposición tenía dos opciones y optó por el camino más largo y desgastante, pero quizás el más seguro. La primera, y menos probable era una enmienda constitucional que derogaba la reelección y acortaba el mandato presidencial de 6 a 4 años; aunque su aprobación en el Congreso estaba garantizada, su promulgación por parte del Poder Ejecutivo, no.  El Tribunal Supremo de Justicia la habría declarado “inconstitucional” tal y como viene haciendo con todas las leyes que aprueba la Asamblea Nacional.

La segunda, y más posible herramienta democrática para retirar a Maduro del poder, es el referendo. En este caso, la oposición está expuesta a que el TSJ invalide alguno de los pasos del revocatorio y además, depende del Consejo Nacional Electoral (CNE), un organismo alineado al Gobierno y encargado de dictar las condiciones para activar el revocatorio.

El primer requisito del CNE a los impulsores del referendo (MUD) fue la recolección de 195 mil 721 firmas, equivalentes al 1% del padrón electoral. En tres días 1.8 millones de venezolanos se lanzaron a la calles a firmar.

Aunque el reglamento establece 5 días hábiles el CNE tardo más de 3 meses en confirmar  la validez de las firmas. Hoy, la oposición y el pueblo exigen desde las calles las fechas definitivas para recolectar en octubre el último 20% (4 millones) que les exige el Poder Electoral. Este 20% también deberá verificarse  por el CNE y el organismo hará todo posible para dilatar el proceso hasta el  2017.

En las urnas Nicolás Maduro pierde y sabe cuál será su desenlace si el referendo se realiza este año, sin embargo, pese al agotamiento de su gobierno insiste, no cede a las presiones y piensa cuál será la estrategia más conveniente para seguir en el poder.

La renuncia de Maduro. Un camino poco probable pero que no se puede descartar. Dar un paso al costado no sería una decisión propia, sino inducida por el ala militar que lo obligue a aceptar una mediación internacional o a acelerar el referendo.

Por ahora los militares, sostienen un régimen debilitado y siguen al mando de distintas esferas en el Gobierno, garantizando así su continuidad histórica y disminuyendo el riesgo de extinción, ante un posible cambio de gobierno.  El “súper” ministro de Defensa, General Vladimir López, quien tiene bajo su cargo el control de la producción, importación y distribución de alimentos y medicinas en Venezuela ha manifestado que ante las dificultades que enfrenta el país, las Fuerzas Armadas tienen la misión de “poner orden en la casa”.

Referendo 2017.  Es la opción más probable, la que quiere el chavismo, pero no la oposición. Si el referendo se logra a fin de año, el Gobierno sabe que la MUD ganará cómodamente las elecciones presidenciales, pero de llevarse a cabo después del 10 de enero de 2017, aunque Maduro pierda no se cambiará realmente de Gobierno ya que su vicepresidente completará el mandato hasta el 2019 y tendrá la difícil tarea de articular un nuevo programa económico.

Desde el pasado 6 de enero, la vicepresidencia es desempeñada por Aristóbulo Istúriz, ex diputado de la Asamblea y ex alcalde municipal, un docente de bajo perfil y con una alta posibilidad de ser reemplazado por quien garantice la continuidad de los militares en el poder.

En la lista de posibles sucesores figuran el actual ministro de Defensa, Vladimir López, quien ostenta el más alto grado al que un militar puede aspirar en el país, fue Jefe del Estado Mayor del Ejército Nacional durante el gobierno de Hugo Chávez y en la actualidad también ocupa el cargo de Comandante Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.

Diosdado Cabello, es considerado el hombre fuerte del chavismo, militar retirado, ex gobernador y presidente interino de la república en el 2002, fue Ministro de Obras Públicas y Vivienda, y el sexto Presidente de la Asamblea Nacional. Su esposa es la actual Ministra de Turismo.

Néstor Reverol Torres, actual ministro de Relaciones Interiores y Justicia, además Comandante General de la Guardia Nacional, ex director de la Oficina Nacional Antidrogas (ONA) y viceministro de Prevención y Seguridad Ciudadana.

El cambio es inevitable y la dirección es incierta. La oposición movilizada y con una gran fuerza electoral presiona a un Gobierno que dilata su inevitable salida del Poder.