Una idea original del 2009, aunque sin muchos resultados en los hechos, fue la Mesa de Consenso Agropecuario.

Los diputados que integran la Mesa Consenso que preside Christian Gribaudo (PRO-Buenos Aires) con distintos representantes de los bloques opositores, se concentraron, sobre todo, en dos temas: retenciones y ONCCA, dos cosas que el oficialismo no quiso ni quiere discutir.

En la última semana de octubre de 2009 presentaron el primer informe sobre los desmanejos que se suscitan en la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCCA) y, también, realizaron una presentación en la justicia para que se investiguen los hechos.

Tras la publicación en el diario Clarín de una investigación sobre malversación de subsidios en ese organismo nacional, la Mesa abrió una web (www.denunciealaONCCA.com) para canalizar sospechas y denuncias. Gribaudo aseguró que tuvieron más de 20.000 visitas y “muchísimas” denuncias. Entre todas ellas, seleccionaron las más relevantes y serias “para demostrar cómo este organismo sirvió para desviar dinero, cobrar coimas y premiar a amigos. Descubrimos la matriz de la corrupción oficialista al estilo Echegaray, que tanto daño hizo al sector rural”.

La investigación de los legisladores, basada en unas 240 denuncias recibidas en la página de Internet, confirmó que funcionarios del organismo contaban con oficinas paralelas en las que se cobraban coimas de hasta el 30% para liberar subsidios a feed lots y otros sectores productivos.

La denuncia que se presentó en la Justicia propone la citación de más de 20 testigos a fin de constatar la información brindada. Porque, para Gribaudo, “Ricardo Echegaray desarmó todo el sistema de la ONCCA para poder manejarse con comodidad, pero hay pruebas que lo dejan en evidencia”. La causa judicial recayó en el Juzgado federal 3, a cargo de Daniel Rafecas, y se sumará a otras dos que se iniciaron a partir de las investigaciones de Clarín sobre diversas irregularidades en la entrega de compensaciones por parte de la ONCCA, un organismo que Echegaray dirigió entre abril y diciembre de 2008, y que luego quedó en manos de Emilio Eyras, un hombre de su estrecha confianza.