Sin proyectos polémicos, pero con una agenda cargada de diversos temas, los senadores sesionaron el martes 25 de agosto y dieron media sanción a la Ley Antitabaco con 51 votos a favor y sólo uno en contra.

La Ley Antitabaco busca reducir el consumo de productos elaborados con tabaco, disminuir al mínimo la exposición de las personas a los efectos nocivos de este humo, reducir el daño que el tabaquismo origina, prevenir la iniciación de nuevos fumadores y concientizar sobre las consecuencias de ser consumidor pasivo o activo. Asimismo, se aprobó la creación de un Programa para el Control de la Comercialización Ilícita de Tabaco o Productos Elaborados con Nicotina.

Les presentamos algunas de las consideraciones más importantes del debate:

  • José Manuel Cano (UCR-Tucumán): “Fundamentalmente, entendemos que la problemática que estamos considerando involucra aproximadamente 40 mil muertes por año en la República Argentina; y alrededor de 4 mil millones de pesos le cuesta al sistema atender este tipo de patologías producidas por el tabaco. Asimismo, hay que tener en cuenta como un valor fundamental, tal como reza el artículo 41 de la Constitución Nacional, que es responsabilidad del Estado nacional garantizar las condiciones o los presupuestos mínimos que hagan a los ambientes saludables. Por lo tanto, algunos de los parámetros básicos de este proyecto son: alertar a la población acerca de los efectos nocivos del tabaco; tratar de restringir la publicidad, ya que la última encuesta del Ministerio de Salud de la Nación –que data de 2005– indica que la iniciación al consumo de tabaco es cada vez mayor en adolescentes y jóvenes: y preservar fundamentalmente el derecho de quien libremente decide no fumar”.
  • Daniel Filmus (FpV-CABA): “¿Por qué se habla de derechos? Porque hace referencia a cuatro derechos fundamentales que, además, tienen rango constitucional ya que están contemplados por diversas convenciones internacionales a las que la Argentina ha adherido. Me refiero al derecho a la vida –y hablaba el senador Cano de cuarenta mil muertes por año–; al derecho a la integridad física –y me refiero a enfermedades cancerígenas y de todo tipo que conlleva el uso del tabaco–; al derecho a la salud; y, finalmente, al derecho a condiciones de trabajo dignas y equitativas. Estos cuatro derechos fundamentales están abordados por el proyecto de ley en discusión, sin aludir a ciertas convenciones puntuales, como la de los Derechos del Niño, que indudablemente también se relaciona con la norma.”
  • Eduardo Torres (FPV-PJ-Misiones): “Antes de desarrollar los argumentos por los que me voy oponer a estos proyectos, quiero expresar mi confianza en la buena voluntad de aquellos que no coinciden conmigo. Mis diferencias se basan en que no sólo provengo de una provincia tabacalera, en la que en los últimos años, por los programas de reconversión productiva, ha descendido el número de productores tabacaleros de 18.000 a 12.000, de los cuales el 50 por ciento tiene menos de dos hectáreas, sino porque considero que, en realidad, este tipo de leyes, por la experiencia que existe, no ha tenido los efectos buscados. Me hubiese gustado que se obligue a las empresas tabacaleras a financiar campañas de educación, información y formación en medios masivos de comunicación sobre las consecuencias de este tipo de adicciones. También me hubiese gustado que se incorpore en el diseño curricular de las escuelas –también financiado por las empresas tabacaleras– el tema de las adicciones y sus consecuencias”.