El 82% móvil para las jubilaciones fue la única norma de origen e impulso opositor que logró convertirse en ley. Los diputados aprobaron el 18 de agosto el aumento para la tercera edad. El debate que duró más de 13 horas resaltó la diferencia entre los bloques. La polémica fue el financiamiento. El dictamen sancionado consiguió 136 votos afirmativos y 89 negativos. Luego, la discusión se trasladó a la Cámara de Senadores.

El proyecto, fue ratificado por el Senado en una votación que había terminado igualada en 35 votos a favor y en contra. Y, como sucedió hace dos años con el debate de las retenciones móviles, el vicepresidente Julio Cobos definió en favor de la iniciativa impulsada por la oposición. Pero el Poder Ejecutivo vetó la norma.

La normativa despertó una fuerte polémica entre oficialistas y opositores en cuanto a la fuente de financiamiento del nuevo sistema, ausente en la letra chica del proyecto. Desde la bancada kirchnerista se acusó a que la ley lo único que buscaba era el desfinanciamiento del Estado.

El proyecto sancionado proponía aumentar las jubilaciones más bajas al 82 por ciento del salario mínimo, lo que las llevaría de 1.046 a 1.426 pesos este año y a 1.508 pesos desde 2011. Además, contempla las actualizaciones del fallo Badaro en el que la Corte Suprema de Justicia estableció que entre 2002 y 2006 los haberes debieron haber tenido un aumento del 88,5 por ciento.