Debate de religiosos

Convocada por la diputada Cecilia Merchán (Libres del Sur-Córdoba) y en el marco del Día Mundial por la Salud de la Mujer, religiosos/as de distintas iglesias y comunidades dieron una conferencia de prensa donde expresaron sus puntos de vista a favor de la interrupción voluntaria del embarazo.

El Pastor Lisandro Orlov, de la Iglesia Evangélica Luterana Unida. Entre otras cosas, manifestó: “Es necesario sacar el tema del Código Penal para ponerlo en perspectiva de DDHH, de evangelio y de derecho de las personas. Esa es una necesidad de nuestra iglesia, es una necesidad pastoral. Pero también estamos apoyando la legalización, porque tenemos que sacar el tema del aborto de la clandestinidad. El respeto de la autonomía es un valor que no podemos negociar. El cuerpo humano es el primer espacio donde ejercemos los derechos de ciudadanía, y eso no se negocia. Nuestra Iglesia dijo, a pesar de las tensiones dentro de nuestra propia comunidad, “no podemos guardar silencio”. Teníamos que hablar, porque nuestro silencio nos hacía culpable de la cantidad de mujeres pobres que mueren cada día en América Latina. La legislación prohibicionista ha mostrado que no está protegiendo la vida. Y yo quiero proteger la vida”.

Luego habló la Pastora Mariel Pons, de la Iglesia Evangélica Metodista argentina, quien leyó la carta de Frank de Nully Brown, también de esa Iglesia y que no pudo asistir: “Limitar la discusión de la despenalización del aborto a una puja entre quienes están a favor y en contra de la práctica, es trivializarla: nadie puede estar a favor de la interrupción de una vida. Pero esta problemática va más allá de esta falsa polarización: la mujer que busca abortar lo hace con angustia y tristeza. La comunidad tiene que asumir esta realidad no escondiéndola sino sacándola a la luz. (…) Por todo lo dicho considero que despenalizar el aborto puede ayudar al diálogo que contribuya a la edificación de nuestra sociedad. Cada víctima del aborto no puede convertirse en un número más porque es  alguien a quien Dios ama y a quien también nosotros debemos amar profundamente. Esconder nuestras prácticas culturales  de abortos clandestinos no ayuda a enfrentarlas y  a tomar decisiones inspiradas en la libertad y la dignidad de las personas”.

Por su parte, el Rabino Daniel Goldman, de la Comunidad Bet El, señaló: “Es necesario renovar el compromiso de la discusión, y no dejarse avasallar por el poder hegemónico que determina cómo debe ser la vida desde el punto de vista doctrinario, y no desde la realidad de la vida misma. Segundo: el aborto se practica le guste a la vecina, al maestro, al juez, al religioso o al legislador. Se practica. Los datos son muy fuertes. ¿Cuál es el lugar del Estado, pensando que el objeto mismo del Estado es homogeneizar socialmente dando derechos e igualdades, lo que implica que aquel tiene, tiene el derecho. Aquel que no tiene, no tiene ningún derecho. Entonces, la obligación del Estado como tal es preocuparse de los que no tienen. Y tercero, si yo tuviese que tomar el tema doctrinariamente: ¿por qué tenemos que aceptar la visión homogénea que determina quién es persona y quién no? En la tradición judía hay una gran discusión acerca de si el feto es persona. La madre en caso de peligro tiene derecho por sobre la vida del hijo. Decimos peligro físico, psíquico, y yo le agregaría peligro con responsabilidad social. Yo tomaría esta tríada. Así que me parece que este es un buen comienzo. Los que se consideren progresistas, deben tomar en cuenta seriamente los nombres de estas personas para entender cómo elevarlas y colocarlas en el mismo lugar de aquellos que se pueden dar el lujo de discutir conceptualmente la cosa y decidir por sí mismos si quieren abortar o no. Porque el que no tiene no puede permitirse cuestionar el tema del aborto. Tiene mayores posibilidades de morir, que es diferente. Es mucho más profundo”.

Por otro lado, Guillermo “Quito” Mariani, presbítero de la Iglesia Católica, hizo hincapié en el aspecto conservador de la institución eclesiástica al no querer dar el debate: “En la Iglesia hay dos líneas. La conservadora tradicional, y la que surgió luego del Concilio Vaticano 2º. Esta línea, que vino con toda una serie de cambios que se estaban dando en la sociedad, apareció como irrefrenable, pero a los cinco años reaccionó la postura conservadora, se puso a la defensiva. Esta posición de no dar el debate ignora los derechos de la sociedad civil a la discusión. Además, su calificación del aborto como una interrupción de la fecundación tiene un sustento poco científico. En su historia, la Iglesia fue incorporando los avances científicos, ¿por qué ahora no? Es una cuestión de autoritarismo”.

Finalmente, la diputada nacional Cecilia Merchán volvió a agradecer a los invitados, y las presencias de los legisladores de Ariel Basteiro (Nvo. Enc. Popular y Solidario-Buenos Aires) y María Luisa Storani (UCR-Buenos Aires): “Para nosotros era importante dar de baja un debate falso, ese que dice que por un lado están los que promovemos el aborto, y por otro las iglesias. Hoy demostramos que no es así. Además, tenemos que tener la convicción de que este es un año para debatir, más allá de que sea un año electoral. Tenemos que lograr que esto avance en el Congreso, porque la sociedad está harta de los dobles discursos. Tenemos también que interpelar al Poder Ejecutivo y al Poder Judicial. Creo que está todo dado para tener este año media sanción en la Cámara de Diputados”.