Reclamo ambientalista en Luján.

La Comisión de Ecología y Medio Ambiente de la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires se reunió en los últimos días para legislar sobre el proyecto de ley que pide la erradicación de la empresa Curtarsa Curtiembre Argentina, en el partido de Luján. Esta propuesta ya contaba con los despachos de las comisiones de Industria y Minería y la de Producción y Comercio Interior.

Según contó el diputado coalicionista Juan Carlos Juárez, en la reunión a la que asistió Directorio Legislativo,  la curtiembre de cuero de capitales italianos, Curtarsa Curtiembre Argentina, tiene en su haber una historia accidentada, que va desde pérdida de ácido a accidentes laborales. Según explicó Juárez, la fábrica carece de medidas socioambientales y de seguridad laboral, además de que posee un historial de flexibilización laboral que afecta a su planta de empleados.

El objetivo del texto es reubicar la planta, sacándola del radio urbano, pero con toda la tecnología que asegure la sustentabilidad ambiental de la producción. Actualmente la fábrica está contaminando las napas de agua, donde los análisis de impacto ambiental han arrojado altos niveles de cromo, plomo y otros químicos, superiores a los encontrados en el Riachuelo. Está comprobado que la curtiembre descarga sus desechos en el río Luján. El proceso para tratar los cueros genera, además una especie de lluvia ácida que corroe los techos de las viviendas cercanas y contamina el suelo.

Una de las asesoras presentes interpeló al autor del proyecto acerca de si ya se sabía dónde reubicar la fábrica, “porque en el articulado no figura en ningún lado”. A esto el diputado respondió que “las zonas de reubicación no se dan a conocer antes de tiempo para evitar especulaciones inmobiliarias”. Y agregó también que la relocalización significa seguir manteniendo el trabajo de los actuales empleados y además traería beneficios a sus empleadores, ya que las reubicaciones tienen los mismos beneficios impositivos que las empresas nuevas, tales como créditos o subsidios a los salarios.

En cuanto al pasivo ambiental, todos estuvieron de acuerdo con lo que expresa el texto, que es que la empresa se haga cargo de los pasivos ambientales financieramente. “El que contamina, paga”, fue la conclusión de uno de los presentes. Este proyecto fue aprobado por unanimidad, recibiendo así despacho de comisión.