El salario de los legisladores nacionales, que está en debate en estos días, es una muestra más de las informalidades que se observan en el Congreso de la Nación.

En la Argentina, el salario de los legisladores nacionales está compuesto por varios ítems, los cuales encierran cada uno de ellos alguna particularidad. Ellos son:

Dieta (monto variable) + Gastos de representación (monto fijo) + Desarraigo (si el legislador vive a más de 100 km de la Ciudad de Buenos Aires) + Pasajes aéreos y terrestres (canjeables por dinero en efectivo).

¿Por qué hablamos de informalidad?

Si bien por medio de la Resolución 0013/2011 se estipula que la dieta del legislador se calcula sumando un 20% a lo que cobra un “director”, categoría 1 con 10 años de experiencia en el Congreso, resulta difícil conocer exactamente el salario real del legislador.
Si en el mejor de los casos se lograra acceder a cuánto cobra un “director” con esa experiencia, difícilmente se pueda saber qué cantidad de pasajes canjea cada uno de los legisladores por mes. Por lo tanto, acceder al número final resulta casi imposible. En base a información que nos brindó el Senado a fines de 2011, si durante 2012 un senador canjease la totalidad de sus pasajes aéreos y terrestres sumaría a sus ingresos casi 190 mil pesos extra.

La ausencia de transparencia también se pone en evidencia en el manejo de los fondos de los bloques y las informalidades se observan en la distribución de las becas, los subsidios y las pensiones graciables, quedando éstas a discreción de cada uno de los legisladores. Y estos son sólo algunos ejemplos. Lamentablemente esta situación se repite en las legislaturas provinciales.

La lamentable ausencia de una normativa que regule el acceso a la información pública pone de manifiesto la falta de voluntad por transparentar los asuntos públicos. Que no se publiquen los salarios de los legisladores es sólo una muestra de esa falta de voluntad y exige, a quienes buscan esa información, realizar cálculos a partir de datos obtenidos de manera informal.

Legislaturas de otros países de la región y el mundo han optado por publicar el salario que percibe cada legislador, entre muchos otros datos, en las páginas web institucionales.

Esta es una vieja discusión que varios países ya han saldado. Mientras en Argentina el tema de la transparencia no está en agenda, el mundo está debatiendo cómo encontrar mejores herramientas tecnológicas para presentar en forma interactiva la información.

Por lo tanto, el desafío de las nuevas administraciones de las cámaras es generar un Congreso más transparente y un mayor acceso a la información.