La Cumbre ambiental de Río +20, que se realizó entre el 20 y el 22 de junio, dejó una sensación de fracaso en los senadores que fueron parte de la delegación argentina en la conferencia de las Naciones Unidas.
Así lo manifestaron los legisladores de la Comisión de Ambiente y Desarrollo Sustentable del Senado en la última reunión del cuerpo. Es el caso de Norma Morandini (FAP-Córdoba) quien dijo que el evento le había generado una “gran frustración” por el funcionamiento poco aceitado de la delegación argentina, ya que no hubo contacto alguno entre sus miembros.
“Andábamos sueltos, como perdidos”, calificó la cordobesa en una imagen elocuente de lo que fue la participación nacional en la conferencia. Además criticó la postura del gobierno nacional que primó en Río +20. “Siempre como un chantaje se argumenta que la cuestión ambiental atenta contra el trabajo que generan los proyectos”, fustigó en alusión a los emprendimientos mineros.
La oficialista Teresita Luna (FPV-PJ-La Rioja) dijo que compartía “en parte” las críticas a la organización de la delegación, ya que “los senadores no estaban acreditados en los plenarios más importantes”. No obstante, le respondió a Morandini sobre la cuestión minera: “No permito que sea chantaje velar por la erradicación de la pobreza”.
Por su parte, Samuel Cabanchik (PROBAFE-CABA) pidió mejorar la articulación con Cancillería a través del enlace parlamentario para evitar desencuentros como los mencionados.
El titular de la Comisión, Rubén Giustiniani (FAP-Santa Fe), también fue crítico con respecto a la organización y la falta de coordinación con el ministerio a cargo de Héctor Timerman. “Nos enteramos que teníamos las mismas credenciales que un estudiante de biología. Tenemos que mejorar nuestra organización cuando vamos a un evento internacional”, consideró.
El único balance sobre la política ambiental vino de parte del socialista, quien manifestó que el documento final de la cumbre “expresa la falta de metas a futuro” y explicó que su flaqueza se debía a “la presión de los grupos económicos”.
Además fustigó la noción de economía verde que se discutió en Brasil, la que calificó como “una onda expansiva del neoliberalismo y “una mercantilización del medio ambiente”. Como cierre, el titular de la Comisión adelantó su intención de realizar un balance sobre Río +20 con los funcionarios de la Secretaría de Ambiente.
Atrás quedaron las expectativas optimistas que dejó el foro de discusión previo a la Cumbre, que contó con el cierre de Ricardo Lorenzetti, presidente de la Suprema Corte de Justicia, y la defensa de la postura argentina en manos del Jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina y el vicepresidente, Amado Boudou, en el Salón Illía.
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