Fue el proyecto estrella de la sesión especial del 12 de noviembre. Finalmente, los diputados dieron media sanción al proyecto que regulan los alcances y relaciones jurídicas derivadas del empleo de técnicas de reproducción humana asistida y la protección del embrión no implantado.  La oposición apoyó el proyecto pero objetó la desprotección de los embriones. El proyecto tuvo mínimas modificaciones. Ahora, al Senado.

La media sanción del proyecto de ley complementario del Nuevo Código Civil y Comercial, surgió tras la votación positiva de 205 diputados, 11 rechazos y 6 abstenciones, en base a las propuestas de  las oficialistas María del Carmen Bianchi y Mara Brawer, pero conciliado un dictamen unificado en Comisión de Acción Social y Salud de esa Cámara.

En la discusión en particular, el Frente para la Victoria aceptó las modificaciones propuestas por el PRO: cuestionaron sobre la posibilidad de descartar los embriones tras diez años de su  obtención (con posibilidad de prórroga por otros cinco años). Así conciliaron reemplazarla por la frase “cesar en la  crioconservación”. Por otro lado, a pedido del diputado Pablo Tonelli, el oficialismo aceptó establecer en el artículo 12 que las parejas deberán  aclarar de antemano qué harán con los embriones en caso de  divorcio, separación o muerte.

Durante el debate en el recinto, la presidenta de la comisión de Salud, Andrea García detalló que “las personas que se sometan a estas técnicas pueden aportar su propio material genético o recibir gametos femeninos o masculinos aportados por terceros” y que las mujeres podrán donar “hasta los 35 años, y los hombres hasta los 40”.

La diputada también apuntó que los donantes deberán “someterse a un estudio clínico sujeto a protocolo para detectar posibles enfermedades” y aclaró que “el texto dispone cómo debe crioconservarse el material genético, con sus plazos y modalidades”. También establece “el derecho a la confidencialidad y la reserva de la información para los aportantes”.

Para despejar dudas, Garcia aseguró: “Todo aportante deberá formalizar en convenio escrito con el centro de salud su declaración de voluntad informada”, y señaló que “el material genético se puede usar hasta en un máximo de seis personas o parejas”. Además reafirmó que “se prohíbe la comercialización de embriones y gametos crioconservados” y que “una vez transcurridos cinco años desde el momento del aporte de gametos, si éstos no fueron utilizados en estas técnicas deberán ser descartados”.

Otra de las autoras de la iniciativa, la kirchnerista María del Carmen Bianchi, expresó que “con la votación de este proyecto se garantiza el rol del Estado como regulador y garante de las formas de la implementación de las prácticas, preservando la visión ética de que se trata de material genético humano”.

El proyecto consensuado regula el plazo máximo para mantener criopreservados óvulos, esperma y embriones. También establece si la donación de gametos para uso de terceros debe ser anónima y confidencial, o si las personas nacidas mediante esas técnicas podrán tener acceso a la identidad del o la donante.

Con respecto a los donantes, establece que “las mujeres que se constituyan en aportantes de gametos para terceros deben ser capaces, mayores de 18 años, y hasta 35 años de edad, inclusive. Los hombres que se constituyan en aportantes de gametos para terceros deben ser capaces, mayores de 18 años y hasta 40 años de edad, inclusive”. También estipula las responsabilidades de los centros médicos autorizados para efectuar los procedimientos de fertilización y la necesaria supervisión estatal.

 

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