Culmina una semana que, en términos legislativos, tuvo un saldo netamente negativo para el Gobierno Nacional. Se acorta el margen (ya de por si estrecho) de tiempo para que el oficialismo apruebe leyes clave para el Gobierno, de cara al primer test electoral con Macri en la Presidencia de la Nación. Todo apunta a que diciembre encontrará un Congreso trabajando a pleno.
Oficialismo 0, oposición 4. Ese sería el marcador final si la semana legislativa hubiera sido un partido de fútbol. El primer traspié legislativo de la semana podría ser asimilado a un gol en contra: la alida al Gobierno Elisa Carrió dio por tierra con el proyecto de ley para reformar el Ministerio Público Fiscal, una jugada del macrismo para recortar poder a Alejandra Gils Carbó, procuradora general de la Nación cercana al kirchnerismo. Carrió salió a decir públicamente que la procuradora debería ser removida de su cargo a través de un juicio político, y el proyecto de ley, que ya contaba con dictamen de comisión y se encontraba listo para ser tratado en el recinto de Diputados, quedó en suspenso. 0-1.
A ello, se sumo un segundo traspié para el oficialismo. El martes pasado, la Comisión de Legislación General estaba desarrollando una reunión con un temario en el que no había proyectos conflictivos para el Gobierno. Sin embargo, en medio de la reunión, legisladores no solo de la oposición, sino que también aliados al Gobierno, comenzaron a presionar para que el proyecto con media sanción del Senado que reduce comisiones para transacciones con tarjetas de crédito, al cual el Gobierno se opone, sea dictaminado cuanto antes por la comisión. La presión fue tal que el presidente del cuerpo, el macrista Daniel Lipovetzky, debió comprometerse a poner en consideración el proyecto en la próxima reunión de comisión. 0-2.
El gran golpe de la semana: el freno aplicado por el kirchnerismo -con el guiño del massimo- al proyecto de participación público-privada (PPP), considerada clave por el Gobierno para atraer inversiones extranjeras para obras de infraestructura. El proyecto ya contaba con media sanción del Senado, pero en Diputados el oficialismo debió negoaciar con el massismo la incorporación de un artículo por el que se crearía una comisión bicameral para controlar las obras de infraestructura construidas bajo el régimen PPP. La presidencia de esa bicameral quedaría en manos del Frente Renovador. Sin embargo, durante la sesión el FPV presentó una moción para que el proyecto volviera a comisión, y el massismo decidió apoyar esa moción. 0-3.
Las malas noticias legislativas para el Gobierno no terminaron ahí. El cronograma del oficialismo en la Cámara de Diputados suponía que esta semana el Presupuesto 2017 tendría dictamen, y que en la sesión programada para el 2 de noviembre, el proyecto tendría media sanción. No fue así. desacuerdos por los montos a distribuir entre las provincias en concepto de ATN (Aportes del Tesoro Nacional) impidieron emitir dictamen de comisión esta semana. Peligra la media sanción para la semana que viene. 0-4.
El saldo de la semana legislativa arroja un oficialismo que desnudó su vulnerabilidad numérica en el Congreso, al tiempo que Massa demostró su poder de veto en la Cámara de Diputados. Dos caras de una misma moneda. Por otra parte, los traspiés de esta semana trastocan la agenda que el Gobierno tenía planificada para el Congreso: a 4 semanas de que termine el período ordinario de sesiones, los márgenes de tiempo para aprobar los proyectos que Macri quiere tener sancionados antes de fin de año, se acortan. Todo indica que este partido tiene un tiempo extra, y que el Congreso seguirá sesionando en diciembre.