Este nuevo año de actividad legislativa en el Congreso de la Nación Argentina sin dudas estará demarcado por las elecciones legislativas generales de octubre. Tomando como punto de partida el axioma legislativo que indica que en año electoral la actividad parlamentaria disminuye, es evidente que tendremos menos sesiones en 2017. Pero… ¿se cumple este axioma en todas las asambleas de la región? Para ello relevamos los datos de la actividad parlamentaria comparando dos períodos legislativos de varios países y sus diferencias en función de si eran años electorales o no. En el 90,9% de los casos analizados (Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú, Uruguay, Venezuela y Argentina) el número de sesiones disminuye en años electorales. De ese 90,9%, el 63,6% (que incluye a Brasil, Bolivia, Chile, Ecuador, México, Perú y Venezuela) también baja en cuanto a su producción legislativa, ya que se sancionan menor cantidad de leyes. El restante 27,27% (en los que se encuentra Argentina, Colombia y Uruguay) si bien disminuye su actividad parlamentaria (cantidad de sesiones), ha aumentado la cantidad de leyes sancionadas respecto al año no electoral.

De este análisis podemos concluir que el axioma se ha cumplido para todos los casos analizados (en los períodos legislativos analizados). El único caso que es la excepción, y que representa el 9,1%, es el de Paraguay; los datos de los dos períodos legislativos relevados arrojan que durante su último año electoral no solo ha aumentado su producción legislativa (cantidad de leyes sancionadas) sino también el número de sesiones llevadas a cabo por la asamblea.

En notable observar que las diferencias entre años electorales y años no electorales revelan las prioridades de los legisladores nacionales. Ellos no sólo deben cumplir su rol como funcionario público electo por el voto popular, sino que además pertenecen a un partido, que puede pertenecer a una coalición y por tanto negocia con otros partidos, y representan a una provincia, departamento o Estado. El año de reelección de las bancas legislativas obliga a los legisladores, y más aún a aquellos que quieren volver a postularse como candidatos parlamentarios, a concentrar sus energías en la campaña electoral o en sus actividades dentro del congreso.

La reducción en la cantidad de sesiones del año electoral, es decir, de la actividad parlamentaria, demuestra que la mayoría de los legisladores deciden hacer campaña electoral en territorio y no dentro del parlamento, cumpliendo sus funciones como asambleístas. Sin embargo, no todos los países que reducen su actividad reducen la cantidad de leyes que sancionan. Este dato resulta paradójico ya que lleva a cuestionar la calidad de dichas leyes sancionadas en un año electoral considerando que durante ese año ha habido menos sesiones y por tanto menos debate. Cabría, sin embargo, incorporar al cuestionamiento un análisis del trabajo realizado en comisiones, si se mantiene o también disminuye en un año electoral, para hacer una observación más completa y ampliada.