Tras 17 reuniones de comisión, 738 expositores a favor y en contra, y luego de casi 24 horas de debate en el recinto, el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo obtuvo media sanción de la Cámara de Diputados, por 129 votos a favor, 125 en contra y 1 abstención. Ahora, es responsabilidad del Senado tratar el proyecto, para que el aborto legal, seguro y gratuito sea convertido en ley.
La iniciativa aprobada esta mañana propone legalizar la interrupción voluntaria del embarazo para las mujeres mayores de 16 años con el único requisito de que expresen su voluntad. También establece la inclusión en el Programa Médico Obligatorio (PMO) y la obligación de educación sexual en todas las instancias educativas.
Para que el proyecto se convierta en ley y no quede en los registros de medias sanciones olvidadas es necesario que el Senado se aboque a su estudio. Sin embargo, no tiene la obligación de hacerlo. Para que su tratamiento empiece es necesario que los legisladores lo incorporen a su agenda parlamentaria. La inclusión en la agenda suele darse por alguna de estas dos vías principales: por interés político de los propios legisladores o bien por presión popular.
El texto aún no fue enviado al Senado. Sin embargo, en función de la redacción del proyecto (y también, de las comisiones que intervinieron en el debate en Diputados), es posible adelantar que será girado a cuatro comisiones: Legislación General, Justicia y Asuntos Penales, Banca de la Mujer (comisión compuesta por todas las senadoras, con competencia en lo que refiere a “cuestiones de salud que afecten específicamente a las mujeres”) y Salud.
Todavía es prematuro anticipar con certeza si el Senado aprobará el texto o si será puesto en consideración en el corto plazo. Para que su tratamiento empiece en esta instancia, será fundamental la militancia de los distintos espacios.
Luego de una extensa e histórica sesión en Diputados, con la presencia de miles de personas manifestándose en las calles, el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo logró media sanción. Ahora, le toca al Senado dar un debate que esté a la altura que la temática merece.